defensa de la Fe

Llegara el día en el que en lugar de Pastores alimentando a las ovejas, habrá payasos entreteniendo a las cabras.
Recuerde esto: Cualquier enseñanza que no se encuadre con lo que dicen las Escrituras debe de ser desechada, aunque haga llover milagros todos los días

jueves, 23 de septiembre de 2010

Defendiendo la PUREZA de la Biblia (Parte I)

El propósito de esto, no es para deslumbrar ni para despertar polémica, el propósito es manifestar a los cristianos verdaderos que las revisiones modernas de la Palabra de Dios, contienen cambios inaceptables que tergiversan el verdadero sentido bíblico tan claramente revelado en la Versión Reina Valera Antigua.
La escusa de los cambios, es "según" para hacer las Escrituras más accesibles al pueblo de escasa cultura; si esto es verdad, creo definitivamente que no pusieron el empeño debido para escribir sin alterar el sentido Bíblico.
Si deliberadamente cambiaron los términos, es claro que lo hicieron para desviar al verdadero pueblo de Dios a la apostasía.
No es un secreto que estamos viviendo los últimos tiempo


EMPERO el Espíritu dice manifiestamente, que en los venideros tiempos alguno apostatarán de la fe escuchando á espíritus de error y á doctrinas de demonios; Que con hipocresía hablarán mentira, teniendo cauterizada la conciencia. (1 Timoteo 4:1-2)

Vamos atravesando la tormenta mas terrible que haya azotado al mundo, la Biblia nos habla muy claro de ello y los acontecimientos nos acercan más al fin, pues además de las guerras, hambres, terremotos, pestes.

El Ecumenismo pretende llevar a la Iglesia al orden mundial y se extiende como incendio en bosque seco, a grado tal que iglesias y denominaciones enteras han sido arrastradas por él. Sus banderas no son difíciles de identificar, una de ellas es el uso de la Biblia moderna, partiendo de la REVISIÓN 1960, la cual esta mutilada, alterada y llena de herejías, y todo con el propósito de ajustar la Palabra bendita de Dios a los intereses humanos, que son perversos y diabólicos, con el fin de desviar al pueblo de Dios del verdadero camino, pues no solo se trato de darle facilidad a la gente ignorante y de poco entendimiento, sino que trata de destruir la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, lo cual jamás lograrán porque la Divinidad es inherente a él como la luz al día, pero si desbaratara por completo a la iglesia, de tal manera de que no pueda responder a aquellos que demanden razón de nuestra fe.


Sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre aparejados para responder con mansedumbre y reverencia á cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros: 
(1 Pedro 3:15)



La Biblia contiene la mente de Dios, el estado del hombre, el camino a la Salvación, la condenación de los pecadores y la felicidad de los creyentes.
Sus doctrinas son Santas, sus preceptos preciosos, sus historias son verdaderas y sus decisiones son Inmutables.
Nos es dada en la vida y tendremos que responder de ella el Día del Juicio. Implica la responsabilidad más alta, premiara la labor mas grande, y condenará a todos los que se burles de su sagrado contenido.

Comentarios sobre errores y Herejías de algunos versículos de la Biblia Revisión 1960.

Reina Valera (1909)

(Génesis 4:13)
Y dijo Caín á Jehová: Grande es mi iniquidad para ser perdonada.

Reina Valera (1960)

(Génesis 4:13)
Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado.

El sentido de estos versículos es totalmente diferente, pues mientras en la RV 1909 indica la causa, en la RV 1960 presenta los efectos. la iniquidad es la causa, el efecto, el castigo
La RV 1909, muestra un reconocimiento aunque no arrepentimiento del pecado; mientras que en la RV 1960 hay una condolencia al yo, un complejo de martirio y nadie que sufre las consecuencias de un pecado puede considerarse mártir.


"Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello. Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? Y: 
Si el justo con dificultad se salva, 
¿En dónde aparecerá el impío y el pecador? De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien." (1 Pedro 4:12-19)





viernes, 6 de agosto de 2010

Como dignos de la Vocación a la que hemos sido llamados

 Y no os conforméis á este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Romanos 12:2)

La iglesia de Cristo, encara en nuestros días, más que antes, un problema que demanda una solución pronta e inmediata, a la cual debemos todos los que amamos al Señor y la obra en la que nos ha puesto, nuestra reflexión emanada de una ferviente sumisión por medio de la oración.
Muchos son los obstáculos y peligros que la Iglesia encuentra a su paso por este mundo, no podemos esperar menos, pues la Palabra de Dios nos dice con certeza “por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce a Él” (1ªJuan 3:1) y es precisamente por esta palabra dada a su Iglesia que debemos estar alertas, dotándonos de toda la armadura de Dios, para resistir estando siempre firmes.
La perdida se acentúa día a día, y una de las mas significativas perdidas y graves es la del espíritu apostólico en los ministros.
Satanás, no ha presentado un ataque frontal contra la iglesia, sino que fiel a su personalidad ha introducido de una manera zagas una quinta columna y esto para no solo neutralizar la acción de los miembros de la Iglesia, logrando en muchos casos convertirlos en cristianos tibios y ponerlos así al alcance de ese “león rugiente” sino ha ido mas allá desvirtuando el espíritu del Ministerio Cristiano, insinuando que el ministro es como cualquier otro empleado dentro del mundo. Haciendo así ministros sin distinción, pero no esa que hoy se pretende, no la que distingue a los ricos de los pobres, sino de aquella que bien se reseño en el discurso a Diogneto y que la historia ha sabido guardar:

"Los cristianos, en efecto, no se distinguen de los demás hombres ni por su tierra ni por su habla ni por sus costumbres. Porque ni habitan ciudades exclusivas suyas, ni hablan una lengua extraña, ni llevan un género de vida aparte de los demás. […] sino que, habitando ciudades griegas o bárbaras, según la suerte que a cada uno le cupo, y adaptándose en vestido, comida y demás género de vida a los usos y costumbres de cada país, dan muestras de un tenor de peculiar conducta, admirable, y, por confesión de todos, sorprendente. […]Están en la carne, pero no viven según la carne. Pasan el tiempo en la tierra, pero tienen su ciudadanía en el cielo. Obedecen a las leyes establecidas; pero con su vida sobrepasan las leyes. A todos aman y por todos son perseguidos. Se los desconoce y se los condena. Se los mata y en ello se les da la vida. Son pobres y enriquecen a muchos. Carecen de todo y abundan en todo. Son deshonrados y en las mismas deshonras son glorificados. Se los maldice y se los declara justos. Los vituperan y ellos bendicen. Se los injuria y ellos dan honra. Hacen bien y se los castiga como malhechores; castigados de muerte, se alegran como si se les diera la vida" (Discurso a Diogneto, 5:1–11).

Pero esto no es lo que hoy distingue a los ministros del Señor. El impacto ha sido certero y eficaz para los fines que persigue Satanás. Sí, ayer era un deseo vehemente por servir el que nos movía, pero después se dieron cuenta de que servir no era una ocupación que les remunerara y muchos han optado por abandonar la carrera de la vida eterna, y han preferido tomar el camino de Esaú, despreciando el ministerio por un simple plato de lentejas, haciendo aun lado la abundante mesa del Señor.
El problema se acrecienta hoy día porque hay quienes hoy mudaron su pasada manera de pensar, alteraron así la gloria de Dios, tomando una actitud alejada totalmente del verdadero espíritu misionero el cual demanda un servicio a Dios desinteresado, presto, caritativo y consagrado a Él en cuerpo y alma, y esto a traído como consecuencia que los que habiendo ser salvos, aun no han sido alcanzados por la predicación del evangelio.
Unos buscan mejores honorarios y privilegios, buscando los mejores pulpitos, y no por ser los más necesitados de predicadores, sino buscan, que no solo les reditué dividendos que les permita vivir cómodamente, sino además añadir brillo y distinción de entre las demás efigies chispeantes. Hay algunos otros que reclamando derechos personales, se tornan un problema constante dentro de sus iglesias, otros más se olvidan de sus votos ministeriales, los cuales ofrecieron a Dios, consagrándose totalmente a su obra y a la obediencia a la Palabra del Señor; se revelan sin tener razón alguna y asumen una actitud independiente arrastrando junto con ellos a otros mas indignos o igual a ellos, ademas de una manera directa a la Iglesia a la cual representan, o de la cual son allegados.
El servicio al Señor, aun a pesar de las dificultades que puedan presentarse, es lo mas noble que pueda haber para el hombre y lo que tiene verdadera trascendencia para él sobre esta tierra. Pues la Palabra de Dios nos enseña que aun los ángeles quisieran desempeñar este servicio. Glorioso es servir en la mesa del Señor. ¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas ó alumbre mi altar de balde? (Malaquías 1:10).
Somos ministros no por nuestros propios meritos, sino por la misericordia y gracia de Dios, quien como al profete Jeremías dijo: “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que salieses de la matriz te santifiqué, te dí por profeta á las gentes.” (Jeremías 1:5) Ese es el testimonio que deberíamos de dar en todo momento, “Empero por la gracia de Dios soy lo que soy: y su gracia no ha sido en vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos: pero no yo, sino la gracia de Dios que fué conmigo.” (1ªCorintios 15:10)
Ciertamente el servir al Señor no es un servicio que sea remunerado en la tierra, como muchas otras ocupaciones, ni ofrece al igual que otros beneficios materiales, (como algunos de los que se pretenden ligar al servicio hoy día), no ofrece derechos y privilegios, pues el Señor ya nos lo había dicho cuando respondió a aquel, que pensando en los beneficios materiales y sociales se ofreció a ir con él a todas partes, al decirle: “Las zorras tienen cavernas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recueste su cabeza” (Mateo 8:20). 
La mesa del Señor es sencilla, pero es suficiente para nuestras vidas; nuestra porción es el Señor porque siempre nos responde solicitó a socorrer nuestras necesidades, proveyéndonos de alimento y con que cubrirnos y no solo a nosotros, sino también aquellos que nos acompañan en tan grande labor.
La satisfacción que podemos sentir, no es material, es espiritual y eso es lo que nos da la fuerza para seguir con gozo enfrentándonos día a día al hambre, a la desnudez, a la cárcel, los peligros, los desprecios, las injurias, las soledades, y aun mas hasta la misma muerte.
Hermanos, el Apóstol del Señor, Pablo, nos ruega a que andemos como es digno de la vocación a la que hemos sido llamados (Efesios 4:1) Si hemos de tener una amor eterno, ese ha de ser por nuestro Señor Jesucristo, si hemos de trazarnos una meta, esa ha de ser aquellas almas sedientas y hambrientas que por mas que buscan no encuentran, que solo reciben remedos de una supuesta salvación basada en el bienestar físico, social y no espiritual, si hemos de buscar una gloria, esa ha de ser la gloria de Cristo.
Si hemos de servir, hagámoslo siempre sabiendo que cuando tuvo hambre le dimos de comer, cuando tuvo sed, le dimos de beber. Todo lo que hagamos, hagámoslo para la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

Y les decía: La mies á la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros á su mies (Lucas 10:2)