El XIX de la ALADIC, reunido en la ciudad de Guatemala, del 8 al 13 de febrero de 2007.
Considerando que:
1) Las Sagradas Escrituras son el fundamento de la fe de los cristianos nacidos de nuevo;
2) Las Sagradas Escrituras consisten de los treinta y nueve libros del antiguo testamento que el pueblo Judío, guiado de la providencia divina, siempre ha considerado inspirados y de los 29 libros del nuevo testamento que, en la misma forma, la iglesia igualmente siempre ha considerado inspirados, y solo de esos 66 libros;
3) La fe en la inspiración de la Biblia se basa en las explicitas declaraciones de ella misma acerca de este hecho: II Samuel 23:2, II Timoteo 3:15-16; II Pedro 1:21; Mateo 22:31-32 (Jesucristo dice que palabras de Moisés las dijo Dios); Juan 10:35; II Pedro 3:15-16; I Tesalonicenses 2:13; etc.;
4) La inspiración se extiende a todo lo escrito, cualquiera sea su naturaleza y aun a las palabras, aunque estas fueron dictadas por el Espíritu Santo, sino que quería que usaran, por lo cual cada autor humano conserva su propio estilo y personalidad.
5) La inspiración de las sagradas escrituras implica su completa ausencia de error y el hecho de ser nuestra única regla de fe y de conducta; además de se preservación providencial en su esencia; y
6) La fe en el carácter sobre natural de la Biblia tiene un solidó apoyo en evidencias externas tales como:
a) Su unidad, a pesar de haber sido escrita durante unos mil seiscientos años, por escritores que vivieron en regiones muy lejanas unas de las otras y cuya cultura, condición social e intelectual y su ocupación difería enormemente. Esta unidad se la presta el plan de redención presente en toda ella;
b) Su actualidad o juventud, por lo cual su mensaje sigue siendo válido y crucial para el hombre del siglo XXI de nuestra era, como lo fue para el del siglo XV antes de Jesucristo. No existe otro escrito del cual se pueda decir lo mismo;
c) Su indestructibilidad, a pesar de haber sido sometida a la peor persecución, con el expreso propósito de eliminarla completamente; y
d) Sus profecías precisas y maravillosamente cumplidas hasta nuestros días.
Por lo tanto, Resuelve:
1) Reafirmar su fe irreductible en que las Sagradas Escrituras son la Palabra de Dios, plena y verbalmente inspiradas:
2) Exhortar al pueblo cristiano fiel a leerlas, estudiarlas, meditarlas y memorizarlas, con oración, fervor y obediencia;
3) Instar al pueblo fundamentalista a vivir efectivamente de acuerdo a sus enseñanzas y requerimientos;
4) Contribuir a conservarla pura, rechazando las numerosas adulteraciones modernas, y así entregarla a las próximas generaciones, hasta que nuestro Señor vuelva.
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